martes, 11 de diciembre de 2012

A por la semana con nuestra mejor sonrisa

¡¡¡¡Hola!!!! Como estamos a martes ¿qué os parece si empezamos la semana con un pequeño trato? Queda prohibido levantarse sin ilusiones, vestirse sin esperanzas, salir a la calle sin fe y caminar sin amor. ¿Qué os parece, lo intentamos? Por intentarlo que no quede…¿verdad? Y ahora os dejo este cuento que quizás os ayude un poquito a ver la vida de otra manera ya que muchas veces por nuestras circunstancias externas no podemos ver más allá…

Un día como cualquiera, un padre de una familia adinerada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito que su hijo viera cuan pobre era la gente que vive en el campo.
Estuvieron pasando todo el día y la noche en una granja de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje, ya de regreso a casa, el padre le pregun­ta a su hijo:
Padre: ¿Qué te pareció el viaje?
Hijo: Muy bonito, papá
Padre: ¿Viste lo pobre que puede ser la gente?
Hijo: Si
Padre: ¿Y qué aprendiste?
Hijo: Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cinco. Nosotros tenemos una piscina larga hasta a la mi­tad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta la muralla de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia, tú y mamá tienen que trabajar todo el día y casi nunca los veo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó:
Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podemos lle­gar a ser!!!
 
CON TODO MI CARIÑO
BESOS
MILA

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