miércoles, 14 de noviembre de 2012

La princesa del castillo

El sol se abrió camino entre la noche oscura trayendo su calor, su luz, su pureza. La noche temerosa se escondió nuevamente entre las sombras y el castillo volvía a estar ahí, en lo alto de la colina, robusto, encantador, observado por todos y anhelado por muchos.
 
La princesa, encarcelada en el castillo con sus sueños, sus deseos y con una única esperanza, que su corazón de hielo se deshelara y que el sol derritietese las barreras que ella misma se había puesto con el fin de no volver a ser herida. Muchos caballeros se acercaban al castillo con el fin de poder ver a la princesa y cortejarla. Ella, oculta en sus aposentos desde hacía años, condenada a la soledad por ella misma, por sus miedos y temores, jamás los recibía.
 
Ella sabía que esa no era la vida que quería, pero el corazón ya helado por antiguos daños la impedía volver a amar.

Una día el alba trajo a un cabellero herido y agotado hasta el castillo pidiendo cobijo y agua. Los que allí trabajan le ayudarón, le dieron agua y comida y también curaron sus heridas. Pero el caballero herido, no solo en su cuerpo por la batalla, sino también en su alma por el amor, también se había condenado a si mismo a una vida llena de soledad, miedos y perjuicios.
 
Durante una noche, como muchas otras ya había hecho, la princesa subió a la torre mas alta del castillo para ver las estrellas. Allí, observando la eterna oscuridad plagada de hermosas luces, soñaba con que una de ellas era su amado que durante las noches viajaba abriendose paso entre sus miedos, robándole el corazón, para un día, al fín, poder reunirse con ella. De repente una estrella fugaz la cego, fue tan grande y luminosa que la noche se hizo día por un momento, y allí estaba, el caballero había viajado durante años entre el miedo hasta llegar a ella.
 
El caballero herido se disponía a emprender nuevamente su camino cuando la vió, en lo alto de la torre, hermosa, rociada de luna con sus ojos de perla y al fin lo entendió. Sus miedos desaparecieron, sus corazones se deshelaron, su almas se encontraron.
 
No importa cuan largo sea el camino hasta llegar al verdadero amor, aquel al que se teme o se renuncia, por miedo de ser heridos o merecedores de algo tan hermoso y puro.

Al final el amor siempre te encuentra.

Un millón de besos
Espero que lo disfrutéis
A enamorarse!!!
Mila :-)
 
 

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